EN LÍNEA

– Maria Flamarique-ren eskutik –

Recientemente, un estudio publicaba que en España 2 de cada 5 personas afirman conectarse a Internet una media de más de 3 horas al día por motivos no profesionales, cifra que representa más de 13 millones de usuarios y usuarias. De esta cifra, un 14% dedica más de 5 horas al día conectados a Internet por razones personales o de ocio. ¿Te parece mucho? ¿Cuánto te dura la batería del teléfono móvil hasta la siguiente carga?

  • ¿Qué hacemos durante ese tiempo en el que estamos conectados?

Las prestaciones que más utilizamos son el correo electrónico y la mensajería (61%), le siguen la cámara de fotos y vídeo (50%), redes sociales (45%) y consultar la previsión del tiempo (38%).

De media tenemos en nuestro smartphone entre 6 y 10 aplicaciones instaladas. Sin duda, WhatsApp es una de las más descargadas, y en la que empleamos un promedio de 11,31 horas al mes.

  • ¿Conectad@s o desconectad@s?

Hay voces que tratan de demonizar a los smartphones, culpabilizándolos de su contribución a una forma de sociedad individualista. Seguro que las has oído. A modo de ejemplo, viene siendo habitual la escena en la que un grupo de amigos quedan para tomar un café y por unos instantes un silencio inunda la reunión y las cabezas se inclinan hacia abajo en dirección a las pantallas. Yo también he formado parte de ella.

Sin embargo, esta democratización de la tecnología ha traído consigo algunos aspectos positivos. Los smartphones han hecho que estemos conectados a  Internet en cualquier momento y lugar. Plataformas como por ejemplo Facebook o Twitter, facilitan nuestra exposición a información y a recibir diferentes estímulos. Haciendo un uso correcto esto genera transmisión de cultura. Los nuevos medios ayudan a la divulgación de contenidos a todo tipo de público. Es posible que yo nunca hubiera oído hablar del proyecto Hyperloop si un amigo no lo hubiera compartido a través de una red social.

Otro resultado de la presencia de Internet en nuestras vidas, es que se ha convertido en una nueva herramienta de denuncia social e invitación al pensamiento crítico, facilitando la transmisión de valores como la solidaridad. La generación Millennial firmamos en campañas como change.org o manifestamos nuestra opinión a golpe de tuit.

Para resaltar los aspectos positivos que acompañan el uso de internet pensemos en cómo lo hacíamos antes, ¿lo hubiéramos hecho sin Internet? Por ejemplo, ¿hubiéramos acudido a todas las manifestaciones de nuestra ciudad? En cualquier caso, siempre habrás contribuido más enviando tu firma a través de un formulario que quedándote en casa.

Debemos preguntarnos qué dejamos de hacer durante ese tiempo de conexión. ¿Estamos desconectados de la realidad? ¿O estamos conectados con otras realidades? Está claro, que todo se debe tomar con moderación. Ni es sano ver tanta televisión, ni estar las veinticuatro horas del día en línea. No dejes de leer, de salir con tu grupo, de hacer deporte… aunque luego subas a Facebook el selfie de rigor con la última gota de sudor tras una sesión en el gimnasio, o una foto de ese plato de comida (ya fría) que te vas a tomar con una amiga. Lo que de verdad importa es haber vivido esos momentos.

Apéndice: Ahora, espero que cojáis vuestros smartphones y busquéis qué es el Hyperloop.