Gritos Contra el Muro

El Sáhara es un lugar olvidado. Lo pensaba antes de conocerlo de primera mano y lo pienso aún más ahora que he vuelto. Tuve la suerte de poder acompañar a la delegación del Consejo de la Juventud de España en su viaje a los campos de refugiados de Tinduf. Nuestro objetivo allí era conocer la realidad que vive día a día el pueblo saharaui y reunirnos con diferentes asociaciones, grupos de jóvenes y con el Gobierno. Vivíamos codo con codo con las personas refugiadas.

Al tener la oportunidad de hablar con gente de los campos me di cuenta del rencor que guardan al Gobierno de España, por el que se sienten traicionados. “Fuimos ciudadanos españoles. Nos invadieron y nunca más se pensó en nosotros. En ningún momento España ha hecho el más mínimo esfuerzo por el pueblo saharaui. Nuestros hijos e hijas han nacido en los campos, no conocen nada más. Ellos aún tienen la esperanza de volver a nuestra tierra…” me dijo una de ellas.

Fue especialmente intensa una reunión con la plataforma de jóvenes “Gritos contra el muro”. Su objetivo es evitar que la juventud saharaui se olvide del llamado Muro de la Vergüenza. Con una extensión de más de 2.000 km, divide el territorio libre del ocupado. En él, 100.000 soldados marroquíes protegidos por campos de minas evitan que los saharauis puedan volver al antiguo territorio del Sahara Occidental. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI sigamos teniendo, a menos de 2 horas de vuelo de aquí un conflicto tan fuerte y a la vez tan desconocido? Pude estar allí de pie, en la vasta extensión de arena contemplando a los soldados apuntarme con un fusil y sabiendo que delante se encontraba un campo minado, en el que los refugiados y pastores nómadas pierden miembros o la misma vida, según nos contaban víctimas y familiares. Pero me encendía el ver como la juventud saharaui no se rinde, sigue luchando de todas las formas que sabe y le dejan, por aquello en lo que creen.

A pesar de su rabia, nos trasmitían un sentimiento de cercanía a la ciudadanía de nuestro país gracias a las asociaciones en pro del pueblo saharaui, voluntariado, familias de acogida… Los Consejos de la Juventud tomamos sus gritos como nuestros e intentamos hacer lo posible por romper con esta situación injusta. ¿Podemos seguir permitiendo que el Gobierno haga oídos sordos a una responsabilidad histórica que tanto tiempo lleva arrastrando por el miedo a la respuesta de Marruecos? Ahora nos toca actuar, es momento de hacer algo.

Eduardo Alonso Arechaga

Presidente del Consejo de la Juventud de Navarra.