Desde el Consejo de la Juventud de Navarra / Nafarroako Gazteriaren Kontseilua en un día como hoy no nos queda otra opción que reivindicar que condenamos frontal y totalmente cualquier tipo de violencia ejercida sobre las mujeres, tome la forma que tome y en todas sus manifestaciones. Pero no solo este 25N, es algo que por desgracia tenemos que seguir poniendo en la palestra y no dejar que se quede en el olvido.

No solo condenamos aquellos actos de violencia ejercidos directamente sobre la mujer sino también la violencia indirecta y sistémica que sufrimos. Esto incluye comentarios, chistes, recursos televisivos y publicitarios, referencias estereotípicas… y tantas expresiones de menosprecio que, si bien se han ido corrigiendo en los últimos tiempos, ejercen una violencia psicológica en el colectivo sobre el que se vuelcan.

De la misma manera en la que condenamos integralmente la violencia nos gustaría apoyar a las víctimas de dichos actos, en especial a las que han tenido que sufrir en silencio porque no se veían amparadas por el sistema o la sociedad en general.

Participación

Uno de los ámbitos que más cerca toca al Consejo es el mundo de la participación. La participación femenina es minoritaria en los espacios de debate, conversación y propuestas. Ejemplos como Parlamento Joven de Navarra / Nafarroako Gazte Parlamentua o la Comisión Permanente del Consejo en los que, a pesar de haber gozado de un aumento de participación en las dos últimas legislaturas, el número de mujeres participando es inferior al 30%. Estos números podrían malinterpretarse como esperanzadores, sin embargo, es de importancia anotar que hay 31 personas electas en cada legislatura de PJN / NGP y alrededor de 10 personas en la Comisión Permanente. Lo que refleja la escasa presencia femenina en estos ámbitos[1].

Entendemos que estas realidades constituyen un acto de violencia contra las mujeres en cuanto a que, por motivos sociológicos, estructurales y culturales, se nos coarta el pleno derecho a la participación. El no sentirnos escuchadas, el no ser representadas, incluso el no poder acceder a estos espacios a representar, y el no ser atendidas, es una flagrante manifestación de cómo el sistema se diseñó de manera patriarcal y de cómo el trabajo que debemos emprender actualmente es la corrección de estos fenómenos. Esto se traduce en que, si no se atienden las raíces sociológicas y sociales de la discriminación hacia las mujeres, la participación política, y no política, quedará permanentemente copada por el machismo.

Desde el Consejo debemos velar por los derechos de la juventud y denunciar cuando estos se ven vulnerados. Recientemente, a nivel oficial, se han conquistado ciertos derechos y avances sociales, pero, a nivel oficioso, siguen siendo medidas insuficientes. Queremos denunciar que, por mucha “igualdad sobre el papel” que haya, si no hay una transformación social efectiva Seguiremos siendo violentadas. Desde el empoderamiento y la organización conseguiremos los grandes cambios y es ahí donde CJN centrara su trabajo.

[1]https://www.unwomen.org/es/what-we-do/leadership-and-political-participation/facts-and-figures